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CARACTERISTICAS IMPORTANTES A TENER EN CUENTA EN GATOS BLANCOS


Majestuosos, aristocráticos, elegantes… los gatos blancos siempre han despertado curiosidad en los seres humanos. El color blanco resulta muy llamativo a plena luz, dando a estos gatos una apariencia resplandeciente, nívea. Desde el principio de la domesticación y crianza, el color blanco era altamente apreciado pero sin embargo, resulta un color inapropiado para una especie cazadora, a menos que esta especie viva en las montañas nevadas (como puede ser el caso de algunos felinos).

Los gatos alcanzan la coloración blanca de diversas maneras, aunque hoy solo vamos a hablar de un tipo en especial. Un gato puede ser blanco de tres maneras: siendo albino, teniendo el gen S (White spotting gen) en su máxima expresión (este gen es el que causa manchas de color blanco) o por último, teniendo el gen W, denominado “blanco dominante” (dominant White), que es del que hablaremos hoy.


El gen W es un gen epistásico (genética express), que una vez heredado, enmascara cualquier color que el gato presente en su cuerpo. Sin embargo, hay que recordar que ese gato blanco con gen W, genéticamente puede pasar el color “escondido” a su descendencia. Es decir, que si tenemos un gato blanco podemos preguntarnos “¿de que color es realmente mi gato?. El gen W es dominante sobre todos los demás, y una sola copia (es decir, un gato heterocigoto Ww) enmascarará cualquier color que porte. Por supuesto, también hay gatos homocigotos de este gen (WW), blancos por supuesto, y que sólo darán hijos blancos en su caso. Seguramente has escuchado que los gatos blancos de ojos azules son sordos. Bien, no siempre es así. Tan solo los gatos cuyo color blanco se debe al gen W (no los albinos ni los del gen S) están asociados a la sordera, y no siempre es así, aunque ocurre muchas veces.


La causa de que la mayoría de gatos blancos con ojos azules sean sordos, se debe al gen autosómico W. Este gen no actúa de la misma forma en todos los gatos, y ahí reside la razón de que no todos los que tengan estas características tengan que ser, necesariamente sordos. Primero de todo, el pelaje blanco permite que los gatos puedan tener los ojos de cualquier color (amarillos, rojos, dispares, verdes o azules, entre otros). Si los ojos son azules, tienen 3.5 veces más probabilidades de padecer sordera, y si son colores dispares, se reduce al doble de posibilidades.

Los gatos con el gen dominante W tienen un problema: sus melanoblastos (células que producen melanina, que pigmenta) no llegan a toda la piel, y por eso el pelaje es blanco. En el caso de los ojos, el azul es el resultado de melanoblastos deficientes. Pero estas células también llegan al oído. Si los menoblastos son deficientes, el gato acabará padeciendo sordera.

Para comprobar si nuestro gato padece sordera no es tan fácil como parece. Al tener los gatos un carácter muy independiente, es probable que, el hecho de que no nos hagan caso a menudo, no signifique que tienen sordera. Se pueden hacer diferentes experimentos en casa para determinarlo, como dar palmadas y ver su reacción o escuchar sus maullidos. Estos “tests caseros” nunca son del todo fiables, así que se recomienda, en caso de duda, acudir al veterinario para que le practique el Test BAER, con una máquina específica, para determinarlo con exactitud.

Gra Seigneur Lascano, fans de Gatitos.

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